"Son los planetas y la buena vibra los que se la han jugado por mí,
son los ángeles que no distinguen lo bueno y lo malo que hay en mí,
quizás ellos no sepan quién realmente soy, pero hay una fuerza súbita alrededor de mí que me está haciendo caminar y aunque me haga caminar sin rumbo,
en lo andado he podido entender que la llegada se parece tanto a la misma partida, y que lo incomprensible es parte vital de mis días heterogéneos y fragmentados"...