Que París se haya vendido como una prostituta
no es ahora mi problema,
porque Diciembre ya se fue
y el mismo queso de siempre ha quedado en el refrigerador.
Los gatos de andaluz me toman por sorpresa
cada vez que mi edificio está por caerse,
malditos cuerpos peludos,
ellos son siempre los primeros en salir.
Porque definitivamente mis clases
de francés serían más entretenidas,
si mi profesor fuese un francés deshilachado
con ojos azules, que haya recorrido este mundo y el otro,
y con un acento... ¡Joder!
Que los horarios fuesen de 9 de la mañana
a 12 del mediodía, las clases día de por medio,
y que los políticos se graduaran de actores
y los actores inteligentes de políticos.
...Y qué me dicen de Madrid,
se aprovechó de mí después de una película
de Almodóvar y un mundial ganado!
Después de un París fácil y un Madrid manipulador
...¿Qué queda?...
Cuba!... Mi vecina,
que al igual que el país vive oprimida por su marido...
Ya no veo perros en la calle
ni toros en la plaza,
Chile y Argentina ya no están
en la sala de espera,
el médico que atiende
milagros porteños anda en Europa.
Venezuela expiró y Ecuador se sumergió
¿Dónde tendrán a Bolívar?...
¿Dónde están los hippies en mi ciudad?
Acá Se fue Uribe y llegó Santos,
ayer Bogotá entre el ruido de los aviones
y los militares en las calles
me sentía preparada como para otra guerra civil....
Que haya otra guerra civil no importa,
si los misiles fueran de rosas
y las balas de dulces,
los andamios de amor fueran de oro
y fueran de todos, no habría porqué preocuparse...
Entonces sí, soy una maldita hippie del maldito siglo XXI,
sin aire, sin fuego, sin agua y sin tierra,
porque en estos tiempos
de descabellada poesía
los elementos de la naturaleza son otros...
Es solo un chascarrillo después del desayuno...