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domingo, 6 de febrero de 2011

¡Mujer!

Ser mujer hoy es intentar hacer mil cosas y si es posible al mismo tiempo, muchas son mamás, esposas, abuelas, trabajadoras, amas de casa, amigas, estudiantes, primas, hermanas, novias y si a eso le sumamos el gran interés que tenemos muchas por moverlo todo con un dedo y sin despeinarnos, podríamos decir entonces que somos mujeres que vivimos según lo que nos exige el movimiento actual del mercado o de la sociedad, todo debe ser tan instátaneo como un descomplicado chocolate express en la mañana, porque eso sí, ni una sola arruga de desesperación debe aparecer en nuestro semblante, porque como siempre en nuestro rinconcito de ser mujer hay un espacio para la vanidad, mujer que se respete es vanidosa, aunque como en todo, los niveles de nuestra común exageración varían.

 Hemos aprendido a amar las películas de acción, decimos que todo es por la trama y por estar al lado de ellos y todo por no sonar a disco rayado o a loca útopica al confesar una y otra vez que nos morimos por el actor principal, nosotras podemos escuchar mil veces la misma canción y encontrar cada vez algo nuevo en ella o recordar momentos diferentes, somos así, y aunque encontremos siempre nuevas razones para maquillarnos por alguien, en el fondo nos maquillamos para nosotras mismas, como una extraña afirmación de nuestra egolatría nunca aceptada ante los incrédulos cumplidos de muchos. Así somos, extrañas y complicadas, tanto así que creo que en nuestro afán por ser descomplicadas nos complicamos, nos enredamos y nos martillamos la cabeza, nos da vueltas las loncheras de los niños, lo último que salió, los zapatos que no compramos, el aniversario, los viajes, los libros sin leer que se quedaron en la mesita de noche, la dieta que no terminamos y el saldo que nos queda aún con el maldito gimnasio.

No tenemos la culpa, somos mujeres de hoy, nosotras somos el resultado de interminables luchas por conseguir un papel dentro de la política y la sociedad, somos el resultado de años de silencio inquebrantado sin expresar opinión y sentimientos, he aquí una razón por la cual la mujer de hoy es inclusive sinónimo de hablar mucho, que culpa, pero todo tiene su porqué. Llevamos el femenismo hasta un nivel descomunal, aunque no se trata vilmente de caer en el femenismo ignorante, donde nos vemos más grandes que los hombres, las luchas de contenido revolucionario que muchas mujeres vivieron en nuestro honor no fue precisamente para demostrarnos quien  es mejor, sino para darnos a entender que todos somos iguales y que cada nación del mundo debe dar igualdad en herramientas y alcances, fue con esa misma ideología que obtuvimos nuestro derecho al voto, y en los 60 y 70 conseguimos nuestra liberación como mujeres que sienten y piensan diferente,  todo para que en nuestro presente el poder de decisión que tenemos sea escuchado, porque resulta importante desde el ámbito político, social y económico. Decidimos sobre nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestras chequeras, nuestras inversiones, nuestras determinaciones y creencias, aprendimos a ser más grandes que una nación entera y todo por llevar nuestros ideales hasta lo más alto, un tope inimagible que solo un manotazo de sentimientos y deseos como lo somos nosotras podríamos entenderlo,  y es creer diariamente en nosotras mismas, porque inevitablemente la sociedad se sobrepone a nuestros ideales, una sociedad como la de nosotros donde tanto hombres como mujeres pueden llegar a ser machistas, lo importante aquí, es que nunca serán lo suficientemente machistas para que nosotras no podamos lograr lo que nos propongamos.

No nos sintamos mal si nuestros nombres no aparecen en las grandes ligas de la historia de mujeres luchadoras, si no aparecemos en los múseos , no importa si cualquier enciclopedia no nos nombra, tampoco importa si renunciamos a grandes sueños, anhelos, si renunciamos a ser madres, si renunciamos a ser solteras, si renunciamos a trabajar, a dejarlo todo por nuestros hijos, de todas formas eso va nuestra esfera independiente de decidir sobre nosotras mismas, pero hay un rol al que nunca podremos renunciar y es el de ser mujer, el mismo de sentir, desear, y expresarnos como nosotras solo sabemos hacerlo, somos la fuerza natural que mueve el mundo, porque somos como el oxígeno de la tierra, tan necesarias como lo es la musa del pintor y del poeta, somos como la canción o historia más hermosa nunca antes contada, somos personajes siempre listas para impresionar, porque nunca nadie sabrá que es lo que esconde una mujer debajo de su traje Channel y tacones Steve madden, quizás porque ni ella misma lo sabe, quizás porque busca sorprenderse de sí misma, o quizás porque tiene una fórmula para reinventarse cada mañana, que hace que todo cambie a su antojo, varía nuestro entorno, varían nuestras emociones, así somos.

Ingrid Martínez Reyes.

3 comentarios:

  1. Muy bueno el canto de Ingrid. No se quien es pero me parece que se expresa muy bien, llena sus textos de sentimiento y eso es algo realmente necesario a la hora de ser buen escritor.
    (No puedo dejar de ver el fondo de tu blog)
    ¡Beso verde!

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  2. Un blog genial!!! ya tienes una seguidora más yo hace poco que tengo el mio, pasate y le echas un vistazo y si te gusta...Sigueme.

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  3. Ser mujer es poseer la vida en un suspiro, ser un barco a punto de partir, estar al borde del precipicio, soñar despierta en Tel Aviv.
    Ingrid, me ha encantado lo que has puesto, un besito.
    Tus inspiraciones seguiré.

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